¡MIRA QUIEN HABLA!

Artículo que realicé para MUSICOMANÍA - Boletín informativo de la Banda de la Escuela de Música de Bullas - y que aparece en el Nº 33 (del 8 al 28 de Junio de 2005)

Imaginamos por un momento que un componente no puede ensayar porque se le ha roto el instrumento. O que ese componente tenga una lesión en la mano que le impida tocar durante un cierto tiempo. Podría darse cualquier otro caso en el que un componente no pueda tocar por alguna razón en particular pero que no tenga ningún problema a la hora de venir al Ensayo. Muchos dirían: “¿Para qué voy al Ensayo si tengo roto el instrumento? ¿Para qué voy al Ensayo si no voy a poder tocar...? ¡Vaya una pérdida de tiempo!” Si analizamos detalladamente este punto, nos daremos cuenta que el Ensayo de una Banda de Música no sirve únicamente para tocar y para ensayar. Se viene, entre otras razones, para tomar contacto con el grupo. Para ponerse al día de todas las actividades que va a realizar la Banda próximamente. Para enterarse de las últimas noticias y de toda la información que se dé en ese mismo Ensayo. Asimismo, se puede recoger el Boletín o las Instrucciones, si ese día corresponde. También se podría recoger los anteriores, en el caso de que ese componente no haya podido venir a los últimos ensayos. También se viene para saber lo que se está ensayando. Para recoger las partituras que se van a repartir en dicho Ensayo, si es que ese día se reparte alguna nueva. Y también se podrían recoger las partituras que se han repartido en los últimos ensayos y que, por no haber venido, no se le ha podido entregar antes... También se puede aprovechar para preguntar, aclarar, solucionar las dudas que se puedan tener con relación a las actividades de la Banda. Para hablar con el Director de la Banda. Para hablar con la Directiva de la Asociación, antes o después de los ensayos... El mero hecho de estar en el Ensayo y de ver como se ensaya es fundamental para que el componente tenga muy claro como hay que interpretar la pieza. Uno puede darse una idea más exacta de cómo es la obra que se está ensayando. Si es más rápida o es más lenta. Donde están los fragmentos más difíciles y complicados. Donde hay que hacer más hincapié dentro de una partitura. Si tuviera algún fallo la partitura podríamos corregirlo en ese momento... No basta con estudiársela en casa. Es necesaria la toma de contacto con el grupo para poder “concertar” todos los detalles de la pieza que se está tocando. De esta manera la interpretación tendría más calidad. Vemos claramente como la asistencia al ensayo, por sí sola, ya podría servir de mucho.

Una de las diferencias más significativas con respecto a mis etapas anteriores es que en la actual, los componentes de la Banda de la Escuela casi siempre me hacen esta pregunta: “¿Qué vamos a ensayar?”. Algunos me lo preguntan justo antes de empezar el ensayo, otros me lo preguntan unas horas antes. Cuando se da el caso, me lo preguntan por la mañana y hasta hay quienes me lo preguntan el día anterior o algunos días antes. Esto a primera vista es normal. Porque aunque en los Boletines se haga referencia a lo que se va a ensayar próximamente, no está de más el que alguien quiera asegurarse de lo que se va a ensayar para poder estudiar mejor esas partituras. Pero cuando uno no está todavía acostumbrado a esta pregunta, ya que durante muchísimos años ha tenido que escuchar esta otra bien distinta: “¿Cuándo vamos a cobrar?”, en los mismos marcos temporales expuestos anteriormente, entonces te das cuenta de que aquella primera pregunta adquiere una significación muy especial y reveladora. Gente que ha llegado al ensayo y al comprobar que no se iba a cobrar, se han dado media vuelta y se han marchado. Gente que te dice que no va a ir al ensayo porque ya se ha enterado de que no se va a cobrar. Como dice Luis del Olmo, Director del programa radiofónico Protagonistas: “El dinero es el estiércol del diablo, que todo lo ensucia y lo estropea”. ¿Esa es la ilusión que tienen algunos por la música...? Claro que eso podría formar parte de esa ilusión. Pero eso nunca debería ser el motor, el incentivo para poder esforzarse de verdad, para intentar mejorarse día a día, enfrentarse con nuevas piezas, adquirir un nivel que te permita tocar solo, sin depender de nadie. La mejor recompensa es el trabajo bien hecho y el haber cumplido cada uno de nosotros todos nuestros objetivos. Y cuando se consigue todo esto, todo lo demás es secundario. Por supuesto que los lazos afectivos que se crean entre los componentes son importantísimos. Pero si solamente nos limitamos a pasar un rato agradable en el Ensayo, eso lo podríamos hacer sin necesidad de llevarse los instrumentos y sin necesidad de estudiarse ninguna partitura. Por eso, a la hora de intercambiar observaciones entre vosotros mismos, sería conveniente que dedicaseis un tiempo antes o después de los ensayos. Porque seguro que hay tiempo para eso y para mucho más.

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